¿POR QUÉ SABOTEO MI PRÁCTICA?

Llevas ya un tiempo practicando, comienzas a ver avances, te sientes, física, mental y emocionalmente bien, notas cambios sustanciales en tu vida, y de pronto algo pasa, que abandonas eso que tanto bien te hace, sueltas tu práctica. ¿Te ha pasado? Te contamos por qué.

Todos los seres humanos tenemos un “cerebro primitivo” constituido por el sistema límbico y la amigdala que se encuentra en el tálamo. Esta estructura cerebral, básica, servía hace miles de años, para mantenernos a salvo de las amenazas de aquel tiempo. Su función era mantener el estado de alerta, a modo que pudiéramos subsistir y propagar la especie. Uno de los rasgos de éste cerebro, es su sesgo de negatividad. Para mantenernos seguros ponemos menos atención a lo positivo y más a lo negativo.

Si bien la calidad de vida ha mejorado desde entonces, seguimos permanentemente alertas, en hipervigilancia, dominados por la tensión y ansiedad, aunque todo vaya estupendamente.

A medida que evolucionamos, también nuestro cerebro lo hizo, desarrollandose la corteza prefrontal “el cerebro avanzado”, provocando que tuviéramos sueños más complejos, pensamientos más rápidos y elevamos nuestros niveles de creatividad y productividad.

El cerebro primitivo regula nuestro desarrollo y se activa cuando nos estamos alejando de nuestra forma de ser tradicionales, de lo seguro. Percibe la amenaza, aún cuando esos cambios sean para nuestro mayor bien. La amigdala entra en acción, se activa el nervio vago y producimos cortisol, la hormona del estrés y del miedo. Por otro lado, el cerebro avanzado quiere que evolucionemos, que vivamos vidas mejores. Desatando una guerra entre ambos cerebros.

El sabotaje ocurre cuando el primitivo gana la batalla, llenándonos de excusas, explicaciones y distracciones que nos alejan de esos hábitos que nos hacen bien. Se requiere valentía y disciplina para dar el salto e ir detrás de lo que nos hace bien.

 

¿Estás list@ para cambiar tu vida?

Juntémonos a hacer yoga

Namaste