PSICOLOGÍA DETRÁS DE LAS INVERSIONES DE YOGA

Siguiendo con nuestra exploración de la psicología detrás de las posturas, hoy toca examinar los secretos que guardan las inversiones, es decir las posturas en donde el corazón está por encima de la cabeza, como el parado de manos, postura de vela, perro mirando hacia abajo, o el mismo parado de cabeza, entre otras.

Las inversiones son posturas que en un principio pueden ser sumamente retadoras y aterradoras, pues nos sacan de nuestro confort, podríamos decir que es “antinatural” estar de cabeza. Sin embargo, se les considera las más importantes de todas las ásanas por sus efectos positivos en todos los niveles: físico, psicológico y espiritual.
La mayoría en un principio asumimos que las inversiones y el equilibrio de los brazos se trata de fuerza y tratamos así de conquistar la postura, conforme vamos ganando experiencia con lo que le conoce como “horas tapete”,  el entendimiento de las sutilezas de estas posturas nos muestra que  más que fuerza es de “maña” y que tiene que ver con un tema más energético que físico.
Para algunos, la idea de mantener el equilibrio sobre la cabeza o las manos parece aterradora y está más allá de su capacidad. Muchos descartan la posibilidad de inversiones y equilibrios de brazos debido a la duda, el miedo y la falta de fuerza. La mente comienza a parlotear todas sus aprensiones.

Sí, las inversiones son un viaje mental y pueden ser un terreno fértil para observar nuestras tendencias y actitudes hacia abordar algo que es deseable pero difícil. Tenemos que preguntarnos para qué queremos hacerlo y para qué sirve.

Beneficios de las inversiones…

Las inversiones ayudan a llevar los muchos sistemas del cuerpo a un equilibrio armonioso, equilibrando no solo el cuerpo físico, sino también energético, emocional y mental, además de promover el desarrollo espiritual.

Ponerse boca abajo mejora la salud física ralentiza el proceso de envejecimiento, tonifica los músculos y la piel, mejora la circulación y la respiración, mejora la digestión, aumenta la densidad ósea, fortalece el sistema inmunológico, reduce el estrés y la ansiedad, mejora la concentración.
Estas posturas invierten la acción de la gravedad en el cuerpo por dentro y por fuera, proporcionándonos un poderoso masaje tonificante a los órganos internos, lo cual ayuda a desintoxicarlos al estimular el movimiento y contrarrestar el estancamiento. Este vigorizante interno también tiene un efecto positivo sobre los músculos y el tono de la piel. Dar la vuelta al cuerpo proporciona una orientación diferente a su relación con la Tierra y, mientras se mantiene la posición, proporciona una experiencia isométrica que puede aumentar la densidad ósea.

Las inversiones ejercitan el corazón y estimulan el retorno venoso. Muchos expertos dicen que esto es tan bueno para el cuerpo como el ejercicio aeróbico para promover un corazón sano y una buena circulación. Normalmente, una vez que las arterias han hecho circular sangre fresca oxigenada por todas las partes del cuerpo, las venas tienen que depender del movimiento muscular para contrarrestar la gravedad y devolver la sangre al corazón. Dar la vuelta permite que este retorno venoso se produzca sin esfuerzo. Esto también ayuda a prevenir las varices en las piernas. Cuando el cuerpo se invierte, el corazón descansa. Por lo general, el corazón tiene que trabajar duro todo el día y la noche contra la gravedad para mover la sangre oxigenada hacia el cerebro y por todo el cuerpo, pero cuando está boca abajo, la sangre fluye por sí sola sin que el corazón tenga que hacer todo el trabajo.

Dar la vuelta provoca que se estimule todo el sistema linfático, fortaleciendo así el sistema inmunológico, también estimula y nutre las glándulas endocrinas, especialmente las glándulas pituitaria y pineal, que al ser estimuladas por la presión creada en las inversiones liberan hormonas que regulan el metabolismo celular, aportando salud, equilibrio, claridad, vitalidad y optimismo a todo el cuerpo- mente.

El lado psicológico de las inversiones…

Cuando ponemos nuestros cuerpos patas arriba, literalmente estamos poniendo nuestro mundo patas arriba. Dar la vuelta nos permite experimentar la ventaja de diferentes actitudes y formas de percibir. Todo lo que conocemos como correcto, típico y normal se saca de debajo de nosotros. Esta desorientación requiere que recurramos a lugares de nuestra psique a los que quizás no hayamos accedido mucho antes. Para experimentar plenamente este nuevo ángulo de percepción, debemos relajar nuestros cuerpos y mentes y entregarnos a lo Divino con fe.

A través de las inversiones podemos experimentar una especie de regresión y renacimiento. Especialmente la experiencia provocada por sirsasana cuando nuestra cabeza descansa en el plano terrestre del suelo y se convierte en el asiento de la asana, nos encontramos yendo de cabeza hacia la Tierra, nuestra fuente. La sensación puede ser como sumergirse de cabeza en el útero. El resultado puede ser una renovación de la creatividad. Elevar físicamente nuestro corazón por encima de nuestra cabeza tiene un profundo efecto psicológico, ya que nuestro cerebro de sentimientos intuitivos, situado en el corazón, tiene prioridad sobre nuestra mente racional intelectual que juzga.

Por otro lado, encontraremos que trabajar con el equilibrio de brazos, requiere humildad y perseverancia. Aprendemos a caernos de una pose y a volver a levantarnos, como solía decir uno de nuestros maestros, te das cuenta que del suelo no pasas. Aprender a caerse y volver a levantarse, es una de las lecciones más importantes en nuestras vidas, lo importante no es la caída, sino aprender a levantarse y agregaría como tercer elemento el aprender a no ser demasiado duros con nosotros mismos, reírnos y divertirnos en el proceso.
Otro beneficio psicológico muy claro es es que trabaja la confianza. Una vez que se logra, algo internamente ocurre en nuestro ser, que nos hace sentir más fuertes. Estas posturas nos recuerdan nuestra grandeza, nos inyectan energía.

Aspectos espirituales…

En el aspecto espiritual, estimula los chakras y nos hace sentir más tranquilos, felices, optimistas y orientados espiritualmente. Se dice que la práctica de ásanas invertidas puede incluso conducir a la autorrealización.

Importante mencionar que existen ciertas contra indicaciones para personas que padezcan alguno de estos síntomas o condiciones:

  • Lesiones en el cuello
  • Glaucoma
  • Lesiones en la espalda
  • Menstruación
  • Problemas coronarios
  • En caso de embarazo se puede practicar esta postura siempre que la persona esté bien acostumbrada a ella. Se recomienda no comenzar la práctica de esta postura si está embarazada y no la ha practicado antes.

La recomendación como siempre es no practicar estas posturas sin la supervisión de un profesor debidamente acreditado para aprender a hacerlo de forma segura.

Como siempre insistimos en decirles, las posturas no son acrobacias, no es circo, como diría Pattabhi, cada una guarda secretos y tesoros que trabajan más allá de la fuerza y la flexibilidad del cuerpo físico. Entender esto es de vital importancia. En nuestro caso,  cuando observamos que un alumno quiere ir más rápido de lo que requiere, es nuestra obligación frenarlo y explicarle el significado de la paciencia y la pausa, de disfrutar el camino y de retrasar la recompensa. Patanjali nos habla de desapegarnos de los resultados, esto significa en entrar desinteresadamente a nuestro tapete todos los días, sin expectativas de llegar a ningún lado, de hacer alguna cosa, más que SER. Dejarnos ser en el tapete.

Con cariño AriGonz

Namaste

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